miércoles, 21 de noviembre de 2012

Reflexiones, John Raston y la Globalización


La Globalización, ¡la dichosa Globalización! Nos está demostrando con creces y en nuestra propia carne su malignidad, su odiosa ideologización, con su eje fundamental -la economía por la economía- derivando, llevándonos al consumo por el consumo. Consumo que, a fuerza de practicarlo, se vuelve en un consumismo compulsivo, patológico. Esa patología consumista es “el clímax óptimo” perseguido por la economía actual de mercado, para así conseguir su “óptima producción”.

Somos carne de cañón, la materia prima necesaria para que la Globalización y su economía de mercado especulativa obtengan los frutos programados. El mercado necesita que seamos materia prima patológica, adicta, que consuma en virtual y en real a lo largo del planeta sin ton ni son, que consuma alcohol y otras drogas químicas y no tan químicas, gastronómicas, “las drogas” de las prisas, las del hacer por hacer, compulsivas, irrefrenables, de una forma continua, regular, “y así entrar en la cadena adictiva” y no ocasionar cortacircuitos en el consumo, ¡siempre la regularidad! La máxima de la inmejorable producción…

El mercado necesita una sociedad enferma, una sociedad adicta a todo, al juego, al trabajo patológico, al ir sin rumbo de un sitio a otro, sin parase a “ver” lo que se visita. Porque hay que visitar en un día muchísimas cosas… Y durante el año otros países, otros continentes, si no no funciona la “cadena” de los mercados. Ya el mismo mercado nos ofrece “el engaño móvil fotográfico” para que “disparemos” y nos enteremos después de lo que hemos visto. ¿Qué es eso de pararse, observar y pensar? Nosotros no tenemos derecho a “ser” , ¡nosotros no “somos” ni falta que hace!, ¡a quien se le ocurre…!

¿Democracia? Por supuesto, faltaría más… El mercado nos “deleita, nos consiente un bipartidismo civilizador” en la mayoría de los países con dos grandes “rivales” que se relevan cada cierto tiempo, al mismo que van enredándose y participando en el andamiaje del sistema de mercado, “acomodándose y comiendo de su miel consumista”, siendo freno para que no levantemos la cabeza, una cabeza ciudadana con criterio propio o que intenta tenerlo. Esto hay que impedirlo, ¿y qué mejor juego que el “democrático”, el que nos entretiene, engaña y nos hace conformistas ante lo que pueda venir, el que nos hace aceptar lo que es de por sí inaceptable?

Leo en www.eldiario.es una entrevista realizada a John Raston Saul, novelista, ensayista, profeta ideológico, autor de novelas y ensayos de visita en Barcelona, para presentar su ultima obra: “El Colapso de la Globalización y la Reinvención del Mundo”. En respuestas al periodista entrevistador, matiza:

¿La Globalización fue una opción deliberada?
Sí, y de repente, todo, de forma lenta pero constante, desde el lenguaje institucional al sistema educativo pasando por la forma de gestionar las cosas, todo debía satisfacer a la economía. Y eso socava la idea misma de democracia, de ciudadanía, de pertenencia a los partidos políticos, la idea de que la política tiene una razón propia de existir, de que la cultura tiene un propósito.
Y eso explica la actual crisis…

La Globalización se hunde, pero no ahora, lo lleva haciendo desde el principio porque fue una idea equivocada. Por eso vuelven ahora los nacionalismos, que pueden ser positivos o negativos. Por eso el racismo vuelve a estar presente en la política, en el lenguaje de determinados partidos políticos. Todo eso es el resultado de tres décadas de hacer girar el mundo a través del criterio económico, de considerar a la gente consumidores y no ciudadanos.

¿Qué viene después de la Globalización?
Pues todas las iniciativas nacidas de la inmigración, del mestizaje, de la cultura, de la descentralización, van a contribuir. La cultura ha jugado un rol importante como reacción a la Globalización. La gente ha creado un inconsciente colectivo, ha reaccionado a la economía y las tecnocracias fortaleciendo las redes locales y culturales. Y toda la energía que la gente antes canalizaba en los lobbys y las ong, que eran trampas de los globalistas, toda esa energía se puede canalizar ahora en la política y ayudar a cambiar muchas cosas. Y estamos hablando de millones de personas con energía.
Puedes leer la entrevista completa aquí.

John Raston parece pecar quizá de optimismo respecto de la alternativa a la Globalización: la reacción social, cultural e intelectual en la calle, en la red y en todo el tejido social actual.

Ojalá sea cierto que hayamos creado un inconsciente colectivo fuerte. Ojalá las redes tengan esa eficacia que se necesita para doblegar este sistema inhumano que nos atenaza y que nos impide desarrollarnos como personas con criterio, con humanismo, con activismo intelectual y cultural, solidaridad e igualdad. ¡Ojalá! Nos hace falta mucha organización de simbiosis en todos los puntos del planeta; quizá las Redes puedan ser la plataforma adecuada para la coordinación; no es fácil, pero hay que intentarlo. Si no, seguiremos siendo escoria consumista a los pies de los mercados ultraneoliberales. Y la cohesión social, la igualdad y la solidaridad brillarán por su ausencia.

5 comentarios:

  1. Dentro de es muro que nos han impuesto y en que sobrevivimos algunos y viven otros se constituye el pilar actual.Y no podemos derribar ese pilar sin antes poner otro o todo se caerá irremediablemente, ocasionando un caos que ni Atlas podrá sustentar.

    Los modelos económico-sociales no existen, se fundamentan en economía pura y dura con las crisis y está es la madre de todas las crisis.
    Así pues, sabemos los males del paciente, demos las medicinas adecuadas y el paciente vivirá, si nos equivocamos otra vez el futuro de los seres humanos estará sentenciado.

    Necesitamos empresarios comprometidos,trabajadores activos, nuevos modelos de partidos y que la ciudadanía tenga el control de sus actos y con la razón la sensatez, las cuales no cuestan dinero, se lleve adelante un proyecto nuevo y justo.

    Gracias José por tus escritos, ya soy una persona comprometida, me estimulas a pensar y dar un paso más en mis ideas.

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  2. Dices bien, que nos tienen engañados y atados a un consumismo compulsivo, las redes sociales nos hacen pensar, y en las calles miles de personas reaccionan a esta locura de viaje donde estamos cayendo en picado, dejando a millones de personas en la desesperación, puesto que no se tuvieron en cuenta las piedras que pondrían en el camino los usureros que como si se tratase de un sálvense quien pueda, dan bandazos y oprimen a los que sobreviven sin egoísmos arrojándolos a las cunetas.

    Quiero pensar que somos muchas (el 99%) las personas que intentamos despertar y luchamos pacíficamente para que ese 1% de usureros reaccionen, puesto que la vida es la forma de vivirla y no el llegar a la meta con la mochila llena de billetes.

    Gracias por hacernos pensar.
    Un saludo.

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  3. Hasta mediados del siglo XX (ya quedan pocos casos en Europa pero la práctica sigue manteniéndose en otros continentes), las fábricas, las minas y las grandes explotaciones -la mayoría de ellas instaladas en los extrarradios de las aglomeraciones- ponían a disposición de sus trabajadores un economato en el que podían comprar todo lo que necesitaran, sobre todo en materia de alimentación y productos de primera necesidad, sin que estos o sus esposas tuvieran que desplazarse hasta los comercios (siempre demasiado lejos y con escasos medios de comunicación). Algunos empresarios incluso construían cerca del centro de trabajo viviendas 'baratas' (llamadas colonias) que alquilaban a sus empleados. La oferta quedaba completada con cantinas y bares. Como podemos fácilmente adivinar, de esa forma, los empresarios recuperaban gran parte del dinero que pagaban a sus trabajadores... El negocio era redondo.
    Hoy en día, los empresarios ya no necesitan complicarse tanto la vida: basta con que inviertan en empresas 'independientes', aunque estén alejadas, para recuperar gran parte de los salarios que pagan. La distancia entre los centros de producción y los de consumo ya no tiene importancia. Es más, las distancias son cada vez más grandes: en el fondo, la globalización nació de modelos locales, pequeños pero ambiciosos...

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  4. Tenemos que ser optimistas, y ante las dificultades yo siempre digo que se agudiza el ingenio, estoy totalmente de acuerdo con lo que dice Aha Romero, necesitamos empresarios comprometidos. Hace falta un cambio de paradigma. Y se está generando. El coworking, la colaboración entre pequeños empresarios, el intercambio de servicios.

    A nivel solidaridad, se están haciendo muchas cosas a través de las redes sociales, yo soy testigo de ello. Colaboro con el BANCO DE TAPONES DEL BAIXO MIÑO (se reciclan tapones para ayudar a niños con enfermedades que no cubre la seguridad social), estoy en un grupo que se llama ¿qué puedo hacer por tí? (en facebook), y la magnífica labor de Change.org. son sólo algunos de los ejemplos de que la ciudadanía se está uniendo para cambiar las cosas.

    A nivel político puedo hablar de Escaños en Blanco, el Partido herramienta que intenta que los votos en blanco no favorezcan a los partidos mayoritarios (como ocurre actualmente debido a la Ley de Hont), ¡no nos vemos reflejados!, y ¡no es justo!. Un movimiento de ciudadanos unidos crearon el Partido (para entrar en las reglas del juego electoral que es en donde hay que cambiar las cosas. El único punto que tiene el Partido ESCAÑOS EN BLANCO es dejar los escaños vacíos, (reflejando así a todas las personas que no se ven representadas por ninguna opción política). Además no cobran ninguna subvención al contrario del resto de partidos.

    Sin embargo todavía hay personas que se sientan en el sofá y no hacen nada. A ellos yo les digo: ¡DESPIERTA PUEBLO!

    Saludos!

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  5. Plasplasplasplasplas
    Un articulazo José Cerdeira, captas con la inteligencia y la sensibilidad que te caracteriza el momento actual y por donde están los tiros.
    Es curioso que acudiendo a los círculos de las redes sociales ve uno una fotografía cada vez más fiel de la realidad. Es posible que como bien dices sea algo optimista decir que existe un inconsciente colectivo fuerte ya que no todo el mundo tiene acceso a internet, ni todo el mundo dedica tiempo a intentar ver algo más allá de los titulares, ni todo el mundo navega por la red para contrastar un poco las cosas.
    Pero es innegable que cada vez puedes hablar con más gente de cosas que antes te imaginabas que solo interesaban a unos pocos e incluso nos vemos a nosotros mismos interesarnos por más temas que antes nos parecían solo para los “entendidos”. Poco a poco se va perdiendo el miedo a saber más y a enterarse del porqué de las cosas; a cuestionarnos cosas que se daban por sentadas pero no por ello a dar por válido cualquier argumento o cualquier hipótesis. A formar por así decirlo un pensamiento reflexivo sobre las cosas y a ser más humanos, aceptando nuestros errores pero exigiéndonos cada vez más.
    Dándonos cuenta por tanto que hemos sido durante mucho tiempo unas piezas deshumanizadas de un entramado y nos hemos dejado llevar por un sistema que nos esclavizaba a la vez que esclavizaba a otras personas. Pero ahora está en nuestra mano poco a poco cambiar el rumbo de las cosas y recuperar poco a poco nuestra humanidad.
    Un abrazo compañero.

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